¡“pasen a ver al León”!
¡“Entren a ver al hombre enterrado vivo”!
¡“vengan a ver a los siameses”!…
Eran, además de tantos otros “pregones”, los que escuchaba y me llamaban la atención cuando de niño me llevaban mis padres a alguna “Feria”.
Uno de los atractivos con más tradición de las “Ferias” es sin lugar a duda:
-el “tiro al blanco”:
Este juego tendrá un “rifle de balines”; el objetivo es tirar la mayor cantidad de figuras de metal que se encuentran en repisas a una distancia de 2 a 4 metros aproximadamente; o a una caja que al recibir el impacto hace que gire en círculo una pequeña motocicleta al tiempo que con una “alarma” anuncia la buena puntería del tirador.
-“Juego de canicas”:
Sólo se tiene que lanzar la canica una por una en una tabla ligeramente inclinada y buscar que quede “atorada” en alguno de los hoyos que tiene la tabla.
-“Aros a ensartar”:
acumular el mayor número de puntos posibles insertando la mayor cantidad de aros en figuras de barro pintadas.
-“Juegos azar” (aunque estuvieran prohibidos):
“…En todo el recinto ferial es común, hasta la fecha, encontrar “el juego de la bolita” y el de “las cartas” entre otros…
Por lo regular caen en esta trampa personas ingenuas que al ver que pueden duplicar su ganancia se atreven a apostar y terminan timados porque con engaños les quitan su dinero, ya que los operadores de estos “juegos” cuentan con cómplices que hacen parecer que es muy fácil ganar cuando es todo lo contrario…”
La importancia de las “verbenas ” dependía de la ciudad o pueblo y de la fama de la empresa que las representaba.
“…Había localidades en las que se presentaban “Carrera de Caballos” así como “Peleas de Gallos”.
(“…No se concebía celebración alguna, sin este antiguo juego que se introdujo en México antes que en Europa y que tuvo un auge superior a cualquier País.)
Un ejemplo claro de esto es “El Palenque”. La “fiesta” surgida del pueblo para el pueblo, de auténtica tradición y raíces mexicanas. En aquella época no había, como hoy, variedad artística posterior. Éstas se inician en las “ferias” de más tradición como Aguascalientes o Texcoco incluyendo el “Jaripeo”, “suertes a caballo de charrería” y “Corrida de Toros”.
“..”La Feria Nacional de San Marcos”, la más antigua de México, ha ido evolucionando desde su origen en 1828 como una exposición comercial hasta convertirse en una de las fiestas más importantes de América Latina con la incorporación de actividades culturales y tecnologías de punta…”
Hoy propiamente los “Palenques” se instalan para los artistas y muy poco para los gallos.
El “Teatro del Pueblo” con sus exhibiciones gratis.
Hace unos 50 años las grandes empresas de licores, cervezas, refrescos, instalaban incomparables pabellones con escenarios y Restaurantes de ¡extraordinaria gastronomía!.
Dijeran por ahí:
eran otras “Ferias”,
eran otros tiempos,
era otro México.
En películas de Cine del “Siglo de Oro” se pueden ver escenas de “Ferias” como las que he descrito y que gocé (repito) varias veces en mi niñez.
Las familias se organizaban para asistir a ciudades circunvecinas o a “grandes distancias” (para aquella época) con el fin de acudir a las ¡Ferias!.
Se podían ver excelentes “Exposiciones Ganaderas”, “Industriales” y “Comerciales”.
Las importantes “marcas” de la “Región” o “Nacionales” exhibían sus novedades para la venta al público y el contacto entre profesionales del sector.
Una mención especial a mi amigo Don Manolo Nogueira (qepd) quien fuera Director de Relaciones Públicas (por muchos años) de la desaparecida empresa vinícola “Pedro Domecq” (hoy “González Byass y Grupo Emperador”) así como promotor del tradicional desfile de los “caballos percherones”.
Estas “Ferias” eran destacados motores para la economía, Local y Regional; por ello hubo ciudades que adquirieron grandes extensiones para instalar “Recintos Feriales”, que aún permanecen en algunas ciudades como cité la de “San Marcos”; al igual que la del “Caballo” en Texcoco, la “de la Bandera” en Iguala, etc., etc.
Debido a la modernidad y nuevas técnicas se crearon “Centros de Convenciones y Exposiciones”, recintos cerrados con módulos estandarizados abatiendo los costos e incrementando el volumen y la funcionalidad, pero dejando con ello de lado la personalidad de productos y marcas.
Sin embargo aquellas “Ferias” grandes o chicas de Ciudades o Pueblos, que rico sabor tenían:
”…Los supuestos “magos” y sus “paleros” que ofrecían ganar dinero fácilmente con sólo adivinar ¿dónde quedó bolita?” (como narré renglones arriba).
Recuerdo una Feria en Tehuacán, Puebla a finales de los años cincuenta; íbamos mis papás y la mayoría de mis hermanos. Era un terreno que yo veía inmenso y el estacionamiento interminable . Estábamos todos juntos cuando alguien dijo: “Van a actuar “Los Voladores de Papantla” (en aquel tiempo sus presentaciones eran esporádicas por ello muy esperadas).
Los hermanos salieron corriendo y el que me llevaba de la mano me soltó y siguió para no perderse el espectáculo. Yo estaba muy pequeño perdido entre “un mundo de gente”.
Una persona me vio desorientado, llorando y me llevó a “la camioneta de sonido” típica de aquellas “Ferias”. Ahí con su aparato auto parlante avisaron que “había un niño perdido”.
Lógicamente, a esa edad y entre tanta gente, me sentía afligido y angustiado.
Uno de mis tantos hermanos escuchó (para mi alegría) el aviso y acudió a “rescatarme”. Lo recuerdo como si fuera hoy.
¡Incidentes como ése, dejan una indeleble huella!
En contraste tengo bellos y perdurables recuerdos de varias de las “Ferias” a las que fui durante la infancia empezando por “La de la Papa” en agosto en mi entrañable San Andrés, Chalchicomula (sobre el que tanto he escrito y dicho que fue la tierra de mi mamá ); otras en pequeños Pueblos de aquellos ayeres donde celebraban “Las Fiestas Patronales” que conmemoraban devotamente al “Santo Protector” de la localidad, sin faltar “los cohetes” y “fuegos pirotécnicos”.
De niño imperan la observación, las emociones y los antojos: “globos”, “algodones de color de rosa”, el olor de “las polomitas” o de los “churros”, “aguas frescas” (no había mucha oferta de “refrescos embotellados”) y qué decir de los dulces, chocolates o golosinas.
La edad en que todo sorprende y cautiva.
¡luces, colorido, música y alegría!
¡Feria “Mundo de ilusiones” para “Niños” de todas las edades!
“…Entre nubes de algodón
y color de fantasía,
la feria es algarabía
y el mundo es una canción…”
Armonía