Fiestas de San Miguel
Pienso yo que la vida es caprichosa y nos va dando sorpresas a lo largo de ella.
Algunas que nunca nos hubiéramos imaginado y otras que van reafirmando los usos y costumbres de un pueblo, sus “tradiciones” que año tras año de una manera celosa los pobladores cuidan y aquí sí, los chinos que todo invaden y la tecnología, hacen un alto para dar paso a ese legado ancestral de las ” las Fiestas Patronales “.
Me referiré a una en particular que se celebra el 29 de septiembre:
la de ” San Miguel ” ( uno de los tres Arcángeles: Gabriel, Rafael y Miguel) este último como hiciera énfasis el Sacerdote es el Patrono de este Estado.
Pues bien, en esas cosas que llamo sorpresas, sucede que mi madre nace en una Hacienda de nombre Guadalupe allá por el año 1906 (hace más de un siglo), a consecuencia de la Revolución la familia emigran al poblado de San Andrés Chalchicomula; ahí crece (Ma. Enriqueta).
Ya de joven sale a la Capital del País, tiene la oportunidad de trabajar en la Secretaria de Comunicaciones, vivir los grandes Bailes del entonces famoso Casino Militar (cerca del ” Árbol de la Noche Triste”)…en esta nueva vida y nuevos horizontes conoce a Salvador ( “el güero” ).
Ella apenas alcanzando el 1.50 de estatura y con cabello negro (hasta su muerte) él de 1.94 rubio (diferencias extremas) inician una familia, en esos principios viven en la Sierra Negra a poca distancia donde nace mi madre. Ahí en el aserradero, que también es su morada sin luz y con muy bajas temperaturas a las faldas de Volcán Citlaltépetl, cuentan mis hermanos mayores que aprenden las letras y números con mi madre……
¡qué paradógico!
Nacen más hermanos en San Andrés y finalmente, por aquello de la madera, la familia Ros llega a Córdoba (la ciudad de ” los Treinta Caballeros”) y es aquí donde, después de algunos hermanos más, nace el último de los hijos de Salvador y Enriqueta: yo.
Los años transcurren estudio mi carrera en México, conozco a Dolores, caso con ella, su familia camina por varios puntos del País, y es mi cuñado Guillermo quien después de venir al D.F., ir por Saltillo, regresar a Chihuahua, va a Coatzacoalcos y trabajando con una empresa de esa localidad compran un terreno muy grande (incluída una hacienda llamada “San Miguel Sesma ” en el área de Atzizintla) antes del 2006, cien años después de que naciera Doña Enriqueta; la distancia entre ambas haciendas no completan el kilómetro, Guillermo llega a administrar esta Hacienda de San Miguel…
¡qué más paradógico!: la familia Velarde que se desarrolló en el norte del País nunca habían pisado estos lugares y hoy se encuentran en el lugar de los orígenes de mi madre, ¡sorpresas!
Y si expreso ésto, diría, que nunca he visto tan realizado a Guillermo como al estar dirigiendo esta Hacienda (un licenciado en Economía de la UNAM) hoy entregado a la prosperidad de “San Miguel Sesma “, que en menos de una década ha transformado esta tierra: reforestándola, haciéndola productiva y autosustentable con granos e introduciendo variedad en aves y ganado, tierra por años abandonada, un casco que en sus últimos tiempos acudían familiares y amistades del famoso personaje de la televisión ” Agustín Barrios Gomez”.
Pero el tema va más allá. Su capacidad de permitir y retomar las tradiciones de los lugareños (muchos de ellos ya integrados a la plantilla de trabajadores de la Hacienda) todos ellos rescatando y preservando las tradiciones para las fiestas de
” San Miguel “
Recuerdo que en los primeros años (apróx. 7) las caras de quienes acudían en la Fiesta a la Hacienda reflejaban temor ya que el encargado, de los otros propietarios, no permitía el acceso a la Iglesia ni a la Hacienda cortando así esas lindas tradiciones.
Me decía una joven de nombre Keren, esposa de Julio Meza (colaborador de mi cuñado ) al estar dentro de la Iglesia horas antes de iniciar la Misa: ¡” que linda se ve, llena de flores naturales, tiras de festones de flores de papel, recién pintada y limpiecita, con gran orgullo hemos recuperado a San Miguel, nos lo habían robado, nos lo tenían secuestrado”!
El 28 ( día anterior a los festejos) acuden a la Hacienda quienes van a disponer del sacrificio de los animales que se van a comer al día siguiente: 3 borregos, un cerdo, un guajolote, en esta vez.
Por la tarde empiezan los guisos; en esta ocasión fue Olga Pamela, hija de Guillermo y Olga Ma., quien se ofreció a darnos a conocer sus dotes como chef preparando la famosa receta de mole ( ¡le quedó riquísimo! ) cohetes por la noche anunciando la Fiesta del día siguiente, al amanecer continuaban sus estallidos diciendo: ¡hoy es, prepárate! otros tantos en los primeros rayos del sol, anunciándole a la comunidad: ¡” hoy es San Miguel”!.
Temprano se daban los últimos toques de la artesanal, laboriosa, colorida y hermosa alfombra se aserrín. aparte del portón de hojas y flores.
En diferentes lados se veían los cazos donde aquellos animales yacían listos para degustar, otros venían de haberse cocinado bajo la tierra y el totol ( Don Pavo) que había preparado la sobrina ya estaba desmenuzado, todo Iba quedando en orden, cada uno de las personas como que tenía parte del libreto para colaborar en estas fiestas, continuaban los cohetes, los familiares de Guillermo nos fuimos a cambiar de trapitos, para honrar al Patrono de la Hacienda y del lugar, hoy no se trabaja en benéfico de la Hacienda hoy se ha trabajado por el Arcángel ” SanMiguel” justamente para honrarlo y conservar esas tradiciones de un pueblo.
Nos acercamos para estar dentro de la iglesia, llegó el coro , todos acudiendo puntualmente a la cita de las 12.00 hrs para la Misa, el Sacerdote (sufrió una enfermedad que no le permite tener una movilidad completa) hizo su entrada acompañado de Guillermo y el Sacristán de ayuda.
Cohetes, música, devoción, creencias y tradiciones mezclados en una rica armonía.
Una Iglesia pletórica de sus lugareños.
Al finalizar y en la despedida del señor cura de Atzizintla, al pie de la alfombra expresó:
me cuentan los ancianos que hace muchos sacaban a “san Miguel ” en andas, caminaban por la alfombra y daban vuelta a la Hacienda en procesión.
Lic. ¿no podremos rescatar esa otra tradición ?,
Guillermo respondió: “mientras yo esté cuente con ello, me comprometo que para el próximo año consigo lo necesario para cargarlo”.
¿ Se queda usted para ” echarse un taco” ?
Discúlpe mi enfermedad me obliga a tener una dieta rigurosa, peroooo, le encargo ¡qué a mi coro les invite !….
Desde luego.
Caminamos y yo observaba las caras felices, a gusto de los más de 500 asistentes, ¡unos en vehículos, otros en bicicletas, a caballo o caminando !
¡ que caras tan diferentes a años atrás !
…. ¡El Patrono estaba festejado en grande !
En el portón de la Hacienda mesas con mujeres sirviendo arroz, carnitas, barbacoa, salsas y tortillas, ahí se unió para apoyar Haydee la novia de mi cuñado Óscar, ella ponía el arroz en los platos, los hombres surtiendo de las pailas y unos jóvenes con vasos repartiendo los refrescos esto se repetía en otras áreas para que no se amontonarán, en las colas se veían, niños, ancianos, minusválidos, jóvenes, niños y adultos …
….. Y ¡llegó la música !
¡El mariachi que ya ha sido contratado por varios años !
Mezclados ” alma Poblana y Real Nazareno” ambos amigos/parientes ( familia González ) de Pueblo Nuevo, del municipio de Cd. Serdán.
Ya con sus micrófonos y sonido empezaron a tocar y como cada año al principio se le pide el “Corrido de Chihuahua”, recordemos que Guillermo y también su esposa vinieron de Chihuahua. En esta ocasión con ayuda de la tecnología, como se dice en el lenguaje cibernético, ” bajaron la letra de la canción ” ….. Y a cantar ; más adelante un lugareño ( Julio Romero ) pasado de tequilas tomó el micrófono dedicó una canción, entono dos- tres acordes y ¡salió corriendo !
Cantaba y tocaba el Mariachi (moderno) con todo y acordeón. Una tecla de los tonos quedó oprimida; no sólo el músico del acordeón sino uno o más integrantes se dedicaron a desarmar el instrumento y repararlo, los otros seguían tocando, trompetas, tololoche, guitarra…. Y que se cae una pieza de ese instrumento y entre tierra y piedras no aparecía, entre una canción y otra, mientras un animador hablaba al micrófono, los demás buscando en el suelo y entre la tierra lo que supongo era un tornillo clave para dar el ritmo y acordes necesario para entonar: ” sombras “, “mujeres divinas “, “si nos dejan “…..etc
Finalmente apareció la buscada pieza, a armar el valioso instrumento y todos a tocar y cantar.
Comidos y ya con la música los lugareños fueron desapareciendo y es que afuera del Casco de la Hacienda estaba listo el carril para recibir a los caballos y jinetes para la esperada “Carrera de Caballos”.
Yo me dirigí a donde ya habían comido el coro y ahora el Mariachi o los Mariachis estaban haciendo lo propio, todos tomando “refresco” pero, ellos no me vieron cómo observé que una botella de Tequila ” cabrito ” fue “evaporándose” (ésto durante su presentación) supongo que con el fin de “lubricar los instrumentos”, en la mesa ni una gota de alcohol ¡pasó por su garganta!
En una mesa muy larga compartimos los alimentos entre músicos, familiares y el MVZ Mario Ruiz que atiende los animales de la Hacienda acompañado de su esposa, hijitas, suegros, vecinos de Esperanza, platicando anécdotas y vivencias de esta particular Fiesta de San Miguel.
” están cobrando las brujas “
( expresión cuando llueve con sol), pero ésto no impidió que durante toda la tarde se corrieran los caballos según reporte del eficiente auxiliar Rodrigo.
Se fueron aproximadamente a las 19.30 cuando los últimos rayos de luz desaparecían y así terminaban los festejos de San Miguel con sus ancestrales tradiciones en Sesma a unos pasos de donde nació mi madre.
¡Ricas Tradiciones en un pueblo de Puebla, en un pueblo de México. !
¡ Qué sorpresas me da la vida !
En ese Lugar ….Antes la familia de quien me trajo al mundo, ¡hoy con la familia qué formé y la familia de con quien me casé!
A ti te invito a que preservemos las tradiciones que nos han legado !
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*Nota: Algunas imágenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imágenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imágenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.