…Hablar de anécdotas dentro del salón sería interminable.
Bromas que causaban risa a la mayoría de los condiscípulos; algunas “muy pesadas”, otras “creativas”. Entre éstas, indudablemente “se llevaría la palma” aquélla en la que se organizaban 8 estudiantes para simular una “competencia de remo”: dentro de un “supuesto bote de punta” se colocaban los 4 más fuertes (la cabeza erguida con los ojos mirando hacia al frente) cargando, sentados sobre sus espaldas y enlazando las piernas en sendos cuerpos, a los cuatros restantes. Tres de ellos apuntando hacia adelante, “simulando remar” (balanceándose vigorosamente hacia adelante y hacia atrás accionando un “remo imaginario”) mientras el cuarto sentado en posición contraria “marcaba, muy “serio” el ritmo”.
Al pasar por la larga ventana del salón (ya descrita en la “2da Parte”) era todo una “exhibición” que admirábamos mientras nos desternillábamos de la risa.
También, en el pasillo, estaba la inigualable “demostración de nado”:
en vez de sentados “los atletas” iban acostados (sobre las espaldas de los cargadores) usando ambos brazos y la cabeza hacia arriba “estilo dorso” o “braceando” boca abajo siguiendo “las reglas del nado libre” o crol” Ja!!
En esta época más de uno sacaría su “celular” para “grabarlos” y compartir en las “redes” aquel momento tan asombroso como divertido. Había algunos que se colocaban lo más cerca posible para verlos mejor.
Dentro del salón de clases era común ver al grupo de las inseparables “hermanas Pacheco” (del Estado de Mex.) junto con Patty Navarro y “el charro” Paco Aguilar (de Guadalajara) sentados hasta adelante, al igual que Patty Bravo y Salvador Yakaman. Sairols, Zalma Vega, los apodados “pollos”: Ramón Hernández, Escalona, Julio Luengas (de Tamaulipas), Juan Carlos Olvera, que se casó con Zalma. Eran entrar al aula y la mayoría empezar a “piar” (imitando el sonido de los polluelos: pío, pío, pío). En una esquina los nombrados: “el Patas”, “el Pelos”, López Morton, “el fracaso de Wildroot”, otros le decían “Ciro Peraloca”, Urquiza Vázquez del Mercado (de Querétaro). Cerca de la entrada: Ernesto Martínez Rahme, Leonardo, Rafael, Guillermo Alvarado, Cueto (de “Tapetes Cueto”) Eduardo Tapia (de Chihuahua) y Campa (un norteño corpulento que los chismosos decían que golpeó al “Pelos” en el pasillo).
Al centro (en el ombligo del salón) normalmente:
López Bello (de Tehuacán, Pue.) y también de esa ciudad Artemio Díaz ( a) “El francés” ), así como Aguilar Pedrero (“el BamBam”), Arturo Díaz Flores de (Tempoal, Ver.).
Cerca de la ventana del lado del escritorio René Sarre el (“Jefe de Grupo”), Vicente Merodio, “el señor” Luis García Fontes (un alumno mucho mayor que todos nosotros).
Atrás en la esquina cerca de la ventana: Juan Carlos Alcocer, Rogelio, (“El Bangladesh”), Carlos Echánove y Julio de la Fuente.
En el centro del fondo de la clase un poquito orientado hacia el escritorio del maestro, nos sentábamos: Fanny Matus, Octavio Pérez, Guillermo Tortolero, Francisco Orbezo y yo, Fanny al centro. Quién llegara primero “apartaba” nuestros “pupitres” con libretas o libros y máxime, por alguna “extraña razón” que los 5 “compartíamos”, cuando íbamos a presentar “examen” JA!
Aunque cuando teníamos la clase de “Leyes” Paco cambiaba constantemente de lugar ya que el titular de la misma, el maestro Alfonso Pérez Aguilar, lo primero que hacía cada vez que entraba al salón era preguntar:
-“A ver el de la “chamarrita azul”
(lo localizaba dónde se encontrara)
-¿“Explíqueme qué vimos la clase anterior?”
Entonces era, por razones obvias, el “rechinar de dientes”; hasta que un día Paco llegó tarde (pensando que de esa manera se libraría de la consabida interrogación) pero cuál no sería su sorpresa que de todas maneras el profesor cuestionó:
-¿“A ver el de la “chamarrita azul”??, ante la cara de asombro de Paco (con su chamarra “Members Only”) y las risas de nosotros.
Una broma pesada era la que le “jugaban” a López Bello (que desde el primer semestre trabajaba) quién acudía a clases con traje y corbata; entonces no faltaba el chistoso que le llenaba las bolsas del saco de cuánta basura escolar encontraba (papeles, residuos de borrador, virutas de los sacapuntas, bolsas de galletas, envolturas de dulces o golosinas, etc.) así que cuando por alguna razón tenía que meter las manos en las bolsas (ya fuera con el saco puesto o colgado en el respaldo del “mesa banco”) hallaba todos los restos que ya detallé ante las risas de muchos de los espectadores.
Las cafeterías eran muy socorridas sobre todo en los “recesos” o cuando faltaba un maestro, notándose que “el consumo” disminuía a medida que se terminaba “la mesada” (fin de mes).
Nuestro pequeño grupo de amigos, la mayoría de las veces, salíamos de “la Torre” (sobre B. Franklin) para encaminarnos a un café que tenía “una barra” en forma de “U” y exhibidos refrescos marca “Trébol” de fuerte sabor y “chillante” color: rojo, amarillo o naranja.
Cuando teníamos más “presupuesto” (a principios de mes) íbamos a uno junto a un “lavado de autos o nos pasábamos del otro lado del camellón.
La primera maestra que recuerdo en la Universidad fue la contadora Ma. Teresa Ayala, con su forma de vestir conservadora y su: “cargo y abono” / “activo”, “pasivo” y “capital”.
Fue el maestro Huesca quien sembró en mí la semilla de la “Mercadotecnia”, la que he desarrollado paralelamente como catedrático y con gran pasión a nivel del “Turismo” por casi cincuenta años. (he escrito en varias ocasiones sobre mi desempeño profesional).
Otros de mis maestros fueron:
Celso Garrido Cueto, Jorge Mañón, Manuel Ríos Blando, Pura Haza Galán, Luis Moreno Noriega, José Luis Reading…
Nuevamente mencionaré al maestro Ángel Elizondo López, excelente “Director de la Tesis” que elaboramos: Octavio, Paco y yo.
Por tal motivo en una ocasión fuimos a su oficina (como relaté) en “Banamex”, frente al “Palacio de Hierro”/ Suc. Durango, ahí nos entregó la primera revisión de nuestro trabajo de final de “Carrera”: un puntual, meticuloso y concreto análisis digno de un personaje como él.
Otra faceta del ya mencionado maestro de “Leyes” Alfonso Pérez Aguilar es la relacionada a su especial imagen. Decían las compañeras que durante los dos semestres que impartió la mencionada materia nunca “repitió corbata”. Aparecía en el salón erguido, su cabello engomado y perfectamente recortado al igual que su bigote al estilo “Viruta” (personaje de TV de aquel momento). Siempre en “saco deportivo”/“blazer”con un pantalón de moda (sin cinturón, bolsillos horizontales) asomándose del lado derecho un fino llavero con cadena. Todos los días sacaba del saco una cajetilla nueva de cigarros que golpeaba sobre la palma de su mano y mientras iba exponiendo su tema la abría cuidadosamente para sacar y encender el primer cigarro el cual prendía con un elegante encendedor. Después de todo ese “show” seguía “el famoso de la chamarrita azul”…JA!!!
Con el tiempo me enteré que en nuestro salón (como seguramente en muchos otros) las chicas iban “al baño en bola” es decir acompañadas de más de una de sus amigas. Costumbres que prevalecen en muchas de las reuniones donde hay mujeres.
Cabe resaltar que contrario a esta época, hace medio siglo había menos chicas que hombres asistiendo a las universidades.
También me llamaba la atención que mi compañero y amigo Guillermo Tortolero no perdiera en ningún momento del día la forma correcta al sentarse. Siempre formal y de apropiada postura.
Cuántas y cuántas anécdotas de maestros y alumnos en “La ULSA”.
Interminables recuerdos a lo largo de nuestro paso por aquellas aulas de “Benjamín Franklin”.
Estas son algunas de mis vivencias, cada uno tendrá las propias.
Honremos el lema Lasallista:
”INDIVISA MANET”
(“Lo Unido Permanece”)
manteniéndonos para
¡”SIEMPRE UNIDOS”
EN EL PRESENTE Y EN EL FUTURO!
“Universidad La Salle “ULSA”, nuestra “alma mater”
a 50 años de haber ingresado y a 60 años de su fundación!.
+ En memoria de los maestros (con especial dedicatoria a Demetrio Romano y Abundio Carriero F. S. C.), así como al personal administrativo cercano y condiscípulos QUE SE NOS ADELANTARON:
EN PAZ DESCANSEN.
AMÉN!!!.