Estando en la Ciudad de Iguala, Guerrero fui invitado a conocer un “Balneario” guiado por dos igualtecas. Para ello nos dirigimos con dirección a Ciudad Altamirano (parte de la zona conocida como “Tierra Caliente”) por una carretera muy sinuosa con pronunciadas curvas; cruzamos un poblado hasta llegar a Atmolonga, lugar donde se ubica el “Balneario Ecológico Atlmolonga” Tonalapa del Río, Teloloapan, Guerrero.
Lugar pródigo por su naturaleza donde al pie de la montaña brota un manantial de cristalinas aguas cobijado por frondosas “hayas”.
(“crecen principalmente a lo largo de orillas de ríos y alcanza una altura de 35 metros y el tronco hasta 2 metros de diámetro).
Pese a los esfuerzos realizados por los comuneros para preservar limpio el entorno, hay depredadores humanos dispuestos a continuar con la “tala inmoderada” así como el hacer fogatas sin ninguna precaución ocasionando con ello la quema de arbustos, raíces y los árboles mismos, al igual que ensuciando el entorno con la basura que ellos generan.
“Un árbol enorme crece de un tierno retoño. Un camino de mil pasos comienza en un solo paso”
Lao Tse
Como era fin de semana vimos proliferar los vendedores de bebidas y comida “chatarra” en vez de ofrecer la sabrosa y variada cocina nativa. Hablando de regionalismos es menester citar un producto por demás nuevo y extraño para mí: “PAN CON NIEVE”.
Concepto característico de “TELOLOAPAN, Guerrero”. Aquí en el “Balneario” estaba la Señora Reina Reyes y su hijo Daniel, “Cuarta Generación” con oficio de “Nevero” que ofrece el original ¡“Pan con Nieve”!.
Algo tan sencillo pero a la vez tan raro, casi desconocido para el resto del País, que consiste en poner ¡un par de bolas de helado dentro de un pan!.
Se dice que el más representativo es con helado de vainilla de un color amarillo intenso.
De sabor “rústico” (casero, local) al igual que el pan, quizá con un toque de olor a leña.
Ahí estaba el típico carrito del helado (con su “bote de metal”, metido en el clásico recipiente de madera hecho de tablas con un fleje rodeándole por arriba y por abajo).
En dos palabras:
¡“Rescatando Tradiciones!
(“la estafeta recibida”).
Eso hacían doña Reina y Daniel amables y con la cuchara del helado en mano.
Ella dando todas las explicaciones e informándonos que se les puede encontrar en el zócalo de TELOLOAPAN donde expenden su, repito:
“PAN CON NIEVE”.
Pude ver varios clientes pidiendo y saboreando el preciado producto elaborado por su familia.
“Usos y costumbres” que han resistido el paso del tiempo.
¡Auténticas usanzas de nuestro País!
“Haber encontrado “el pan con nieve casero”, es una aventura que no pienso rechazar”
Este hallazgo lo descubrí “Gastando Zapatos” por el Estado de Guerrero:
“PAN CON NIEVE”