Hace tiempo cerca de nuestra casa en Xalapa, llegó a vivir una familia con un joven como parte de sus integrantes. Recientemente empecé a escuchar un sonido que agradablemente me transportó a mi niñez. Al atisbar por la ventana de la recámara vi al joven que provocaba la repetitiva estridencia que produce una pelota al pegar contra la pared: estaba “practicando” “pateando” su pelota una, otra y muchas veces. Mentalmente me trasladé 60 años atrás cuando ensayaba de manera similar para distraerme: primero con una pelotita de esponja que al paso de los años fue variando de materiales y tamaño hasta convertirse en un “balón”.
¡Cualquier pared de la casa era buen lugar para rebotar aquella pelota sin tener que jugar con alguien!
Hoy el pasatiempo de este vecino me pareció MUY EXTRAÑO, ya que “lo de moda” es entretenerse con una “computadora”, “celular inteligente” o cualquier “dispositivo electrónico”, así como los “PlayStation”/ ”consola de videojuegos” que salieron al mercado hace no muchos “ayeres”;
¡nada qué ver con tratar de mejorar su “técnica de fútbol” con una pared y un balón!
Fue así como recordé la de veces que mi madre me pedía:
-“Lalo deja de hacer ruido con la pelota”.
Un chasquido constante que seguramente la aturdía; pero yo trataba de mejorar los “tiros” buscando el lugar preciso en un punto imaginario de la pared para que regresara a mis manos o pies con ese “chanfle” que le imprimía a la “esférica”.
Alguien pudiera decir:
-“cosa de chamacos”.
Para mí era un mundo de fantasía, era parte de mi supuesta “preparación futbolística” en esa época.
“La mejor motivación, proviene siempre del interior”.
Pasaron los años y al convertirse, como señalé, esa “pelota” en “balón” trataba de “atajarlo” como lo veía en un partido de fútbol en la televisión; ahora me quería sentir un profesional de el “balón pie” Ja!
Fue en 4to. de Primaria cuando alguno de los compañeros de “La Salle”, venía a “chutar” a la casa en una pared en la que yo pintaba “una portería” con un gis para ocupar la posición de “guardameta”. Las horas pasaban con ese amigo que pateaba la “pelota/balón” mientras yo la “frenaba” “fenomenalmente” intentando imitar al “portero” de mi (hasta la fecha) equipo favorito “Cruz Azul” el “Charro García” lanzándome como él, pero en el piso de cemento. (así de bárbaro).
Bien dicen que:
“Un adulto creativo, es un niño que ha sobrevivido”.
Como esas visitas eran esporádicas de: Jorge Ríos Polhens, Héctor Orozco Krauss, Pancho Márquez (con gran fuerza en los pies) y otros compañeros, entonces yo seguía solo zapateando una y otra vez esa pelota contra la pared, hasta esperar el grito de mi mamá que me pedía bajara a tomar el alimento en turno para al terminar continuar con mi rutina de “ensayo”.
“El esfuerzo es la magia que transforma los éxitos en realidad”
Cholo Simeone
Transcurrieron muchos años para que en una casa con jardín y un “columpio”, adaptara una portería y que mi hijo mayor fuera quien lanzara el balón y yo volviera después de apróx. 4 décadas y bastantes kilos de más a fungir como “portero”
…surgiendo el clásico grito a los vecinos:
-“bolita por favor”
cuando la pelota rebasaba la pared y se iba a la casa contigua.
“Quién diría que algún día extrañaríamos la infancia, si nuestro mayor anhelo era crecer”.
Ahora me conformo con escuchar el golpeteo de la pelota del vecino que me recuerda mi niñez, mi pelota pero sobre todo, la paciencia amorosa de mi mamá!!!!