En 1919 después de dos años de adaptaciones y esfuerzos, cerró las tres sucursales más pequeñas y se concentró en «La Casa de los Azulejos» (sobre la que ya he escrito). El éxito fue rotundo desde el primer día: un mini centro comercial en un marco irrepetible. Restaurante, salón de té, fuente de sodas, tienda de regalos, farmacia, dulces y con el tiempo se agregó la librería, las revistas y la oferta de música y tabacos.
Frank Sanborns armó ahí el concepto que hoy sobrevive y funciona como un negocio redondo:
-“Los tecolotes de Sanborns” aparecieron por primera vez en un mural que se conserva en el patio de la “Casa de los Azulejos”. Posteriormente se utilizaría como su propio emblema: los Tres Tecolotes parados sobre una rama con una medialuna al fondo cuyo verdadero significado representa al fundador Frank Sanborns con sus dos hijos.
-“La vajilla azul y blanca” con el diseño inglés es de origen chino llamado «Willow Patern». Esas vajillas llegaron a México con la «Nao de la China» y ejercieron una gran influencia sobre los artesanos poblanos de “Talavera”. Quienes la han visto completa explican que el conjunto es la narración de una sencilla historia de amor. La vajilla se importó desde Inglaterra durante muchos años pero con el tiempo el costo fue muy elevado y después la confiaron a “Ánfora en México”.
-“Los chocolates hechos a mano”.
-El «Agua de Colonia Sanborns» y la crema «Teatrical».
-“La Henna Egipcia”, “La Cocoa en Polvo”, “Botanas Calientes en las Vitrinas” y “Pasteles con un betún particularmente rico” para eventos especiales, junto con “Pays” y “Pasteles de moka o envinados”.
En un principio “Sanborns de Azulejos” fue considerado el restaurante y la tienda más elegantes de México.
Después el lugar de encuentro por excelencia para turistas de todo el mundo.
El slogan de la tienda fue:
“Meet me in Sanborns”.
“Nos vemos en Sanborns”.






















