Frank Sanborns agregó una selección de arte popular y plata mexicana de altísimo nivel. Esto le valió el mote de “La Casa del Buen Gusto”, hasta bien entrada la década de los 60.
Conforme el País se fue transformando, se convirtió en el Restaurante más democrático del País, donde acudían a desayunar todos los días banqueros, estudiantes, políticos, amas de casa, libre pensadores, artistas, profesores y poetas. Llegó a convertirse en un interesante punto de referencia: ahí se ponían a prueba las ideas y la últimas noticias:
–“¿Qué se dijo hoy en Sanborns?», preguntaba el Presidente Miguel Alemán a su Secretario en los años 50.
Frank Sanborns vendió su negocio en 1946 con 400 empleados y dos tiendas “Los azulejos” y otra en Monterrey a la “Compañía Walgreen” de Chicago. Ellos contaron con un grupo importante de socios mexicanos.
Frank murió a los 86 años en su casa de México en 1959, al poco tiempo de haber recibido del gobierno el certificado con su nacionalidad mexicana.
No fue sino hasta 1985 que “Sanborns” se convirtió en una empresa 100% mexicana cuando la adquirió “Grupo Carso” con 31 tiendas en la República, añadiendo con ello un toque de renovación a su carta.
La historia de «La Casa los Azulejos»(como narré en otro de mis escritos) se remonta hasta el siglo XVI cuando fue trazada la “Calle San Francisco” (hoy Madero), siendo una de las primeras Colonias y por muchos siglos Avenida, más popular de la Ciudad de México.
En un principio fueron dos casas que se unieron por acuerdo matrimonial de dos familias criollas novohispanas: Graciana Suárez Peredo y el Segundo Conde del Valle Orizaba. Ella una mujer joven con inmensa fortuna y él con posesión de un importante título nobiliario. Fue precisamente “La Quinta Condesa del Valle de Orizaba” quien mandó reconstruir la casona. Después de muchas transformaciones, la convirtió en todo un “Palacio” emblema del barroco mexicano de principios del Siglo XVIII. Revistió sus fachadas con miles de azulejos policromos fabricados en Puebla. Una vez acabada la obra causó tanta admiración, que todos los habitantes se concentraron a sus puertas para verla. Desde entonces la gente llama a este bello edificio: «La Casa de los Azulejos”.
Mucho del interior barroco construido en aquella época aún sobrevive como los barandales de cobre, algunos de manufactura china y otros mexicanos. También están los guardapolvos de azulejo de las escaleras, las columnas churriguerescas de cantera del patio principal y la fuente con remates de mosaicos. Igualmente las terminaciones de porcelana francesa del techo, de la fachada de “Madero” y también la del “Callejón de la Condesa”.
Cuando los “Condes del Valle de Orizaba” la pusieron a la venta en 1871, estuvo por más de seis años en manos del abogado Martínez de la Torre.
Después de que murió pasó a manos de la familia Yturbe Idaroff, última familia en habitarla.
En 1881 fue arrendada la planta alta al «Jockey Club» y la planta baja a una exclusiva “Tienda de Ropa para Dama” hasta el año 1914.
En 1915 por orden del Presidente Venustiano Carranza la propiedad se convirtió en “La Casa del Obrero Mundial”. Luego de un par de meses su propietario Don Francisco Yturbe logró recuperarla.
En 1917 Frank Sanborns vio en “Los azulejos” la oportunidad de expandir su negocio así que la rentó y la remodeló por más de 2 años. Techó el patio principal con vidrio emplomado, cambió los pisos y agregó a las paredes del mismo comedor dos hermosos murales: “Pavorreales” (1918) de Pacologue y “Omnisciencia” (1925) de José Clemente Orozco.
Hoy “Sanborns”, como escribí, pertenece al “Grupo Carso”…”
“Historia Sanborns” 07/2010
Reitero:
“…varios establecimientos emblemáticos arraigados en la memoria colectiva de la Ciudad de México, cerraron sus puertas lo que planteó algunas interrogantes sobre el futuro y la estrategia de la marca”
“Merca2.0”
Entre las sucursales más emblemáticas que “Sanborns” ha cerrado en los últimos años:
“Sanborns Boker”, “Sanborns Churubusco”, “Sanborns Hipódromo”, “Sanborns San Ángel”, “Sanborns La Fragua”, “Sanborns Isabel La Católica en el Centro Histórico”, etc., etc.
¡Mientras, queda la esperanza de seguir disfrutando de esa histórica loza azul, a la vez que ser atendidos por las meseras con sus faldas oaxaqueñas!.
¡México te necesita…!.
“Aquí la felicidad se vende por gramo”
…Solo, solo Sanborns…






















