Cuando viví un tiempo en Europa hace casi medio siglo, en algunas conversaciones me preguntaban sobre ¿cómo era posible que en México le cantáramos y regocijáramos con la muerte?, a lo que trataba de explicar:
“…”El Día de los Muertos” en México es una de las festividades más significativas y coloridas del País. Los festejos inician a partir del 1ero. de noviembre dedicado a “Todos los Santos” en especial a los niños fallecidos y el 2 de noviembre dedicado a los “Adultos” a través de la puesta de “altares” que combinan multitud de símbolos, como “papel picado”, fotos de los fallecidos, su comida (sin faltar el tradicional “pan de muerto”) y bebida preferida, etc., etc., los cuales se comparten ya sea en el hogar o en el mismo “Panteón” o “Camposanto” al pie de la tumba o mausoleo del difunto prolongándose dicha convivencia, en algunas ocasiones hasta el día siguiente…”.
“…Es precisamente este recuerdo de “quienes ya no están” lo que permite -junto a la ayuda de las velas y de la olorosa “flor de cempasúchil”- que las almas de los difuntos “encuentren el camino de regreso a casa”.
“La música es un elemento fundamental en esta celebración, ya que ayuda a expresar la compleja mezcla de tristeza y alegría que caracteriza al “Día de los Muertos”…”.
“…México, medio desprevenido de su pasado mitológico, sigue evolucionando bajo la protección de Xochipilli, dios de las flores y la poesía lírica, y Coatlicue, diosa de la tierra y de la muerte violenta (…). Este poder de conciliación entre la vida y la muerte es sin duda el principal atractivo que ofrece México. Esto guarda un registro abierto de infinitas sensaciones, desde las más benignas hasta las más insidiosas…”
(México Desconocido)
y… si la respuesta no convencía,
yo concluía con un:
¡“Tradiciones Mexicanas,
surrealismo puro”!.
El surrealismo según André Breton: “…es un dictado del pensamiento sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral…”.
¿Será por eso que en ocasiones México dicen, es más surrealista que las pinturas de Dalí?:
-¿Que un “obrero de la construcción” se gaste en un día el “jornal” de toda la semana de intenso trabajo y llegue a su casa con los bolsillos vacíos…?.
-¿Que un oficinista después de inclusive “doblar turno” destine gran parte de su salario para pagar la “famosa tanda” o “sistema informal de ahorro y préstamo”, y cuando le toca cobrar sea para cubrir abonos, empeños o gastos hechos por “adelantado”?.
-¿Quién trabaja años con el fin de “juntar” para los “15” o “casamiento” de una de sus hijas y que “el día señalado” asistan más que los invitados, los populares “gorrones” de bebida y comida?.
-¿El apego desmedido por adquirir, después de muchos padecimientos, un auto superior a sus percepciones monetarias resultando que al no poder pagar “los intereses” “la Agencia” se ve obligada a quitárselo?.
Con todo y eso ellos siguen diciendo:
¡Así soy feliz!,
…¿Y qué?.
Oído en un puesto de “antojitos mexicanos”:
-“¡Señora le compro todas las quesadillas!
-No… ¿porque después qué vendo?”
«¡Sopas, Perico!»
Ver rótulos en la calle como:
-“Se pintan casas a domicilio”.
-“Fotocopias idénticas”.
-“Abierto 395 días del año”.
-“Prohibido penetrar a personas no autorizadas”.
-“Tenemos hielo frío”.
En algunas “fondas”:
-“Comida casera para comer”.
-“Aquí, se come rico”.
-“Vendo conejos de carne”.
¡…y tantos anuncios más en el mágico México Surrealista!.
Circular por las carreteras de México un domingo por la tarde/noche (en cualquier época del año) es ver “los cohetes” y “fuegos pirotécnicos” con cualquier motivo principalmente “Fiestas Patronales” (ya lo mencioné en otro escrito), aunque el pueblo requiera destinar lo oneroso de este gasto a un fin que beneficie a toda la localidad.
¡Surrealismo en el firmamento!.
Hace como 40 años (mediados de los 80tas.) en un vuelo de regreso de EUA a México, conocí a un científico e investigador holandés que no había estado en nuestro País. Hicimos amistad y ya como matrimonios el fin de semana aprovechamos para hacer un “recorrido por la ciudad”, comentándome al final:
-“Veo a un México de gran variedad de riquezas pero también de marcados contrastes …un México surrealista…”
Y si:
Mi “…México de claroscuros: Un día nos hace sentir orgullosos hasta las lágrimas y otro nos duele hasta los huesos…”
“Milenio” – 2022
También diré que para muchos mexicanos es tan normal “el picante” (chile) que a la mayoría de extranjeros se les hace inexplicable no sólo el que le agreguen este producto a un buen número de platillos sino quién hasta cuando viaja lo lleva consigo; hay algunos turistas que después de probarlo terminan con los labios hinchados o colorados de la cara:
¡Enchilados, pero contentos, Ja!
Surrealismo gastronómico






















