Quizá el monumento insignia de los Estados Unidos de América sea “La Estatua de la Libertad”, inicialmente llamada “La Libertad que ilumina al Mundo”, es reconocida como “Patrimonio de la Humanidad por la Unesco” e incluida dentro de “Las Siete Maravillas del Mundo Moderno”.
“…El monumento fue un regalo de Francia a los Estados Unidos; un símbolo entonces de la hermandad de dos pueblos que habían luchado por la libertad que representaba la imagen y que transmitía la épica de la Revolución Francesa y los 100 años de la lucha por la “Independencia Estadounidense”.
Destinada en sus orígenes a ser la esperanza para todos aquellos que añoraban encontrar un nuevo comienzo (la encarnación del “Sueño Americano”).
La primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos tras su difícil travesía por el “Océano Atlántico”, se levantó orgullosa en la “Isla de la Libertad” en la “Bahía de Nueva York”/“La Gran Manzana”.
“…Dame tus cansados, tus pobres,
tus masas hacinadas anhelando respirar en libertad…”
Emma Lazarus
La “Estatua de la Libertad” representa a una mujer con túnica, corona, sosteniendo en su mano derecha una antorcha que en teoría simboliza la luz que muestra el camino hacia la libertad y en la izquierda sujeta una tablilla en la que está inscrita la fecha de la independencia de Estados Unidos, el 4 de julio de 1776.
…Si bien existen diferentes hipótesis sobre el rostro de la modelo en la que se inspiró el escultor Frédéric Auguste Bartholdi (se dice que Frédéric nunca confirmó ninguna de las conjeturas), muchos coinciden en que el físico utilizado por el artista fue la cara de “Isabella Eugénie Boyer” cuya biografía podría describirse como una emocionante novela.
Ella nace en París de una familia formada por mamá inglesa y papá (“chef pastelero”) de origen africano. Su nombre era Isabella. Rápidamente quedó claro que la naturaleza la había dotado de una belleza especial.
A los 20 años contrae nupcias con el “fabricante de máquinas de coser” Isaac Singer de 50 años, quien después de su muerte la convierte en la mujer más rica del País.
Luego de enviudar (“…muy joven para esconderse detrás del luto…”), Isabella comenzó a viajar por el mundo buscando nuevos conocimientos y desafíos emocionantes.
Años después se casa con el violinista y Conde holandés Victor Robstett, convirtiéndose en Condesa Isabella. Su destacada presencia en la alta sociedad europea y americana la convirtió en una figura influyente en eventos internacionales. Varios de los sucesos importantes del mundo del arte pictórico y musical requerían su presencia.
Así fue que entre “inauguraciones” y “exposiciones artísticas” conoció al famoso escultor francés arriba mencionado (Frédéric Bartholdi) quien según se sabe, al quedar impactado con las líneas del rostro de Isabella le rindió un homenaje plasmando éste en la figura (recubierta con una fina capa de cobre) de la mujer que sostiene “la antorcha más conocida del mundo”.
“La Estatua de la Libertad”/ «La Madre de los Exiliados» fue erigida con la figura de una diosa griega “Hécate” pero se cree (reitero) que con la cara de Isabella Boyer.
Isabella se casa por tercera vez, a los 50 años, con Paul Sohege, famoso coleccionista de arte y muere en París a los 62 años.
En mi primer viaje a Nueva York “Gastando Zapatos” en 1980, tomé un recorrido para ir específicamente a conocer “La Estatua de La Libertad”.
¡Ciertamente me impresionó verla de cerca aunque admito que su majestuosidad es evidente de cerca, de lejos, de día, de noche y bajo cualquier estado del tiempo …con sol, con neblina, con la luna, con lluvia, con nieve!
En fin toda una misteriosa historia la que envuelve este ícono de la ciudad y del mundo, pues no es solamente una estatua que evoca un valor social, sino que es una pieza de arte por sí misma.
Creada (señalé al inicio) como:
“Emblema de la libertad y la democracia”
“El sueño de mi vida está cumplido. Veo el símbolo de unidad y amistad entre dos Naciones, dos grandes Repúblicas”
Frédéric Auguste Bartholdi (“el escultor francés”)